fbpx
  • Inicio
  • Nacionales
  • MADERAS GULARTE: Una historia de trabajo y pasión por el camión
Nacionales

MADERAS GULARTE: Una historia de trabajo y pasión por el camión


27.05.2022
MADERAS GULARTE: Una historia de trabajo y pasión por el camión

Miguel Gularte es oriundo de Rivera, de la zona de la Ruta 44, Paso Casildo, sobre el arroyo Yaguarí. Junto a su padre y hermano, realizaban tareas rurales, como las zafras de esquilas, trabajos de alambrado, entre otras cosas. En un principio, para hacer esos trabajos y trasladarse, utilizaban un carro tirado por un caballo.

Su padre, Aborino Gularte, herrero de profesión, hacía, entre otros trabajos, las mariposas, que son algo similar al tacho de las retroexcavadoras. En aquellos tiempos se trataba de un tacho improvisado con dos mangos de madera tirados por dos bueyes. Se usaban para hacer tajamares, por ejemplo. Por otro lado, los antiguos carros tenían grandes ruedas de madera que los Gularte enllantaban, un oficio que los marcaría para siempre.

Hoy la empresa tiene 26 camiones vinculados al sector de la madera y trabaja para empresas como UPM, COFUSA y LUMIN. Para conocer la historia y actualidad de Maderas Gularte, dialogamos con Miguel.

Empecemos por una pregunta grande. ¿Qué significa el camión para usted?
Con cuatro años dormía en la cabina de un Bedford 51 cuando íbamos al monte. De niño mi pasión era dormir allí. Siempre me fascinó el camión. A veces la gente me mira raro por las horas que trabajo, pero cuando uno labura en lo que le gusta no te das cuenta del paso del tiempo.

¿Cuáles fueron los primeros camiones en la familia?
Mi padre trabajaba haciendo postes y piques para las estancias, y para poder mover lo que producía, compró un Bedford 51 a nafta. Con ese camión íbamos a la estancia y se trabajaba en el mismo predio, llevábamos hachas, motosierras y pasábamos trabajando. Al tener el camión, se les podía ir vendiendo también a otros vecinos, hacer repartos y llevar la máquina de esquila a los campos.


Con ese camión, ya habíamos alcanzado la primera meta. Tiempo después quisimos tener un camión que fuera capaz de llegar a Montevideo, así que compramos un Barreiros pero no nos daba para llegar a la capital por las pocas toneladas que cargaba.

En el año 1989 llegamos a comprar un Mercedes Benz 1113 tractor con jaula de ganado, lo cortamos y lo hicimos camión y zorra. Nos rendía mucho más.

¿Llegar a la capital les permitió crecer?
Sí. Nos cambió totalmente; después de tener un vuelco con el “Mercedito” compramos un Ford Cargo; mi padre y mi hermano andaban en el camión y yo me quedaba en el monte haciendo madera para tener pronta la próxima carga.

Comprábamos los montes y los hacíamos a porcentaje con el dueño de los bosques y cambiábamos madera virgen por madera elaborada.


En esos años, cargábamos 30000 kilos, ya era otra cosa. Llegamos a comprar otro camión igual y nos dedicamos solo a la leña en esos tiempos. Nosotros queríamos vivir del flete del camión, pero en ese entonces era imposible. Hicimos muchas cosas para subsistir, había que hacer la leña, tuvimos aserradero, pero nuestra meta era hacer fletes.

¿Cuándo comenzaron a dedicarse solo al transporte?
En el año 2002 nos llamaron de COFUSA para cargar pulpa; cuando llegamos ahí no podíamos creer lo fácil que era todo, acostumbrados a hacer leña, cargar y descargar.

Empezamos con un camión y mi hermano Daniel, que andaba con el otro camión con ganado, se vino a trabajar a COFUSA y desde ahí no paramos nunca.

Ese fue el impulso necesario para crecer y vivir del camión; hoy vamos a renovar la flota para seguir creciendo.